Creemos que hay un Dios, eternamente existente y manifestado como: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nos regocijamos en que EL se preocupa misericordiosamente de los asuntos de los hombres, que escucha y responde a la oración, y que salva del pecado y la muerte a todos los que acuden a EL por la fe en el Mesías Yeshua.

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Creemos que el Mesías Yeshua (Cristo Jesús) es el Hijo eterno y unigénito de Dios, concebido por el Espíritu Santo, nacido de una virgen judía, Miriam (María). Él estuvo sin pecado en su vida, e hizo expiación por los pecados del mundo al derramar su sangre hasta la muerte. Creemos en su resurrección corporal de los muertos, su ascensión, su trabajo como sumo sacerdote en el cielo por nosotros y su visible regreso pre-milenial al mundo según su promesa.

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Creemos que la Biblia es la Palabra completa de Dios, que es inerrante en los manuscritos originales, después de haber sido escrita por hombres divinamente inspirados, que es la autoridad suprema e infalible en todos los asuntos de fe y conducta, y que es verdad en todo lo que afirma.

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Creemos que la humanidad fue creada a imagen de Dios. Creemos que debido a la caída original, todos los hombres son, por naturaleza y elección, pecadores y separados de Dios. El hombre no tiene medios posibles para reconciliarse con Dios y por eso, al persistir en el estado pecaminoso de la incredulidad, está condenado al castigo eterno.

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Creemos que el hombre se reconcilia con Dios, siendo justificado por la gracia a través de la fe en la obra expiatoria del Mesías Yeshua. Al reconciliarse, el hombre tiene paz con Dios y acceso directo a Él a través del Mesías Yeshua y tiene la esperanza de la gloria eterna con Dios. Además, no hay forma, ni ha habido otra forma de salvación aparte de la fe en el Mesías Yeshua para cualquier persona, judía o gentil, desde el principio de los tiempos.

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Creemos que aquellos que han confiado en Yeshua, aunque perdonados, todavía tienen que lidiar con la dinámica del pecado en esta vida. Cada creyente tiene la capacidad de elegir el pecado o la justicia. Dios ha hecho una provisión completa para que los creyentes vivan en obediencia a Él a través de la expiación completa del Mesías Yeshua y la morada del Espíritu de Dios en sus vidas.

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Creemos que la congregación local es un cuerpo organizado de creyentes en el Mesías Yeshua que han pasado por Mikvah (bautismo) tras la confesión de fe y que se asocian para la adoración, la comunión, la enseñanza y el servicio. Creemos que la congregación local está gobernada por sus miembros a través de los Zakanim (Ancianos) y no está gobernada por ninguna autoridad política externa. Su propósito es glorificar a Dios a través de la adoración, la instrucción, la responsabilidad, la disciplina, el compañerismo y la divulgación del evangelio.

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Los creyentes no están bajo la condenación de la Ley de Moisés. Tanto los creyentes judíos como los no judíos tienen la libertad en el Mesías para disfrutar de todos los aspectos de la Torá (por ejemplo, festivales, Shabat). Estos aspectos de la Torá no son ni fueron un medio de justificación. La justificación es por gracia a través de la fe solo en Yeshua. Para los creyentes no judíos, las celebraciones como los festivales y el Shabat son un medio para identificarse con la comunidad judía y expresar las raíces hebraicas de la fe bíblica.